FASE I: La desmalvinización comienza con la retirada del gobierno militar y la predominancia del sector atlantista que permite la baja de màs de 600 cuadros oficiales y suboficiales y despacha a los soldados conscriptos sin brindarles ningùn tipo de reinserciòn social. Una vez restablecida la democracia, la causa de Malvinas se transforma en una estrategia diplomàtica y se separa, mediante la fòrmula del “paraguas”, el reclamo de soberanìa y la hipòtesis de conflicto. Durante el gobierno de AlfonsÍn y pese a algunas complicaciones en su gestiòn la desmalvinizaciòn fue fortaleciendo su paso con las siguientes medidas:
Evitaciòn de la atenciòn a los veteranos de guerra
inobservancia en la aplicaciòn de las leyes 23.109 y 19.101
persecuciòn ideològica a sectores que reivindicaban la causa,
manejo polìtico en la aceptaciòn a la mediaciòn de Juan Pablo II por el canal del Beagle,
marcha atràs con la decisiòn de trasladar la Capital Federal a Viedma-Carmen de Patagones,
intento de reformar la Constituciòn Nacional (perpetrado por el gobierno de Menem),
intento de llevar a cabo una reforma pedagògica luego del Congreso Pedagògico, sanciòn de la Ley de Defensa 23.554 como producto de la negociaciòn con el PJ triunfante en las elecciones de 1987, inicio de relaciones informales con el Reino Unido. Sanciòn tardìa de la Ley de Seguridad Interior.
Por fin, el fracaso en materia econòmica y los traspiès cometidos en relaciòn al mantenimiento del reclamo de soberanìa sumados a la crisis de la deuda externa y la hiperinflaciòn provocaron la salida anticipada del gobierno, dando por cerrada la primera fase de la política de desmalvinización en el contexto de una democracia condicionada por la derrota militar y la presión de la alianza occidental.
FASE II : El acceso al gobierno de Carlos Menem iba a perfeccionar la polìtica de desmalvinizaciòn primero con el aniquilamiento del poder militar y posteriormente con una lìnea de gobierno dirigida a relativizar el reclamo de soberanìa y sometimiento a las polìticas del Nuevo Orden Internacional establecido por la caìda de la URSS y el bloque del este.
Medidas y acciones del gobierno de Menem:
Reforma constitucional de 1994: mediante la claùsula primera de las disposiciones transitorias, se modificò la manda constitucional , obligàndose la Naciòn Argentina a renunciar al uso del recurso a la fuerza para sostener su soberanìa territorial ya que se somete la recuperaciòn a los principios del Derecho Internacional Pùblico.
Destrucciòn de arsenales militares :bajo el pretexto de eliminar u ocultar pruebas por la venta de armas a Ecuador y Croacia. Rìo Tercero, 1995.
Eliminaciòn del Proyecto Condor II: en 1993 por presiones de los EE.UU. El proyecto estaba radicado en la Fuerza Aèrea de destacada actuaciòn en Malvinas.
Participaciòn en la Guerra del Golfo en 1991. Desfinancieamiento de la CONEA.
Desmantelamiento de las FF.AA :bajo el pretexto de reformulaciòn del Estado, programa que incluyò la suspensiòn del Servicio Militar Obligatorio, cancelaciòn de contratos de personal, bajas de oficio y eliminaciòn y reubicaciòn de unidades militares.
Eliminaciòn de hipòtesis de conflicto :y modificaciòn de las directivas sobre misiones y funciones de las Fuerzas Armadas dirigidas a insertarse en el esquema de poder internacional de Occidente (ONU-OTAN).
En materia diplomàtica :hay que mencionar el restablecimiento de relaciones con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, hecho que se tradujo en la designaciòn de embajadores y fortalecimiento de relaciones comerciales y activa participaciòn de Inglaterra en las privatizaciones de empresas pùblicas que significò una depreciaciòn del patrimonio nacional y una especie de indemnizaciòn por las hostilidades de 1982. El hecho màs significativo en este aspecto fueron los acuerdos de Madrid de 1990 (15/2 y 11/12) aceptados por el Congreso Nacional mediante la ley 24.184 de 1992 que, ademàs de los anteriormente descrito, implicaron:
Control absoluto sobre las actividades de las Fuerzas Armadas.
Control sobre el àrea de territorio en disputa, aùn en la zona que no estaba en disputa.
Control sobre la polìtica econòmica. Restricciones a la navegaciòn sobre el Atlàntico Sur a buques y aeronaves de bandera nacional mediante el deber de informar a la base inglesa en Malvinas sobre la salida de los mismos de puertos y bases aèreas nacionales. Inmunidad y sanciones econòmicas debidas por el Estado Nacional a empresas de origen britànico.
Intento de trasladar los restos de los caìdos al continente utilizando la palabra “repatriaciòn”. Indudablemente, los acuerdos significaron una autèntica acta de rendiciòn incondicional al enemigo històrico y desde el punto de vista de su estructura similares a las concesiones efectuadas en los Tratados de Paz y Amistad de 1825 (aùn vigente) y de 1933 (Pacto Roca-Runcinam).
En materia cultural y educativa hay que sumarle la reforma pedagògica que descentralizò los servicios educativos (Ley Federal de Educaciòn) y eliminò o relativizò los contenidos referidos a la causa Malvinas.
El gobierno de la Alianza habìa prometido someter las derivaciones diplomàticas y econòmicas de los Acuerdos de Madrid al Congreso (tema relacionado con las àreas de explotaciòn petrolìfera exclusivas y conjuntas). No lo hizo y ademàs se sometiò a blindajes que terminaron por constelar la crisis del 2001 luego de intentar profundizar las misma polìtica del gobierno anterior provocando la depreciaciòn de la moneda y la crisis en la balanza de pagos. Luego del default y del perìodo duhaldista, la Naciòn Argentina definiò su estrategia diplomàtica de manera firme y sostenida tanto en Foros Internacionales como en la relaciòn bilateral (aunque esta nunca se vio en peligro) pero sosteniendo los acuerdos celebrados en Madrid sobre todo en materia econòmica y comercial. Se sancionaron leyes tuitivas de la soberanìa y se trasladò el reclamo de soberanìa desde el inocuo Comitè de Descolonizaciòn a la Asamblea General de la ONU. Se efectuaron reclamos y protestas ante acciones unilaterales como ejercicios militares y persecuciòn a naves argentinas como el Almirante Irìzar y se efectuò una intensa polìtica de reinserciòn de los veteranos de guerra. Sin embargo, en ningùn momento se planteò la recuperaciòn del poder nacional ni del instrumento militar que sirviera tan siquiera como efecto de disuasiòn o apoyo a las acciones diplomàticas. Fue destacable, no obstante, las polìticas de uniòn continental (UNASUR).
FASE III: El gobierno de Mauricio Macri plantea un retorno a la desmalvinizaciòn de manera acelerada e intensa.
Retorna al paraguas de soberanìa y se firman acuerdos de cooperaciòn (Foradori/Duncan) en los cuales se plantea colaboraciòn en materia de exploraciòn y explotaciòn de hidrocarburos, pesca y navegaciòn, ademàs de plantear la cooperaciòn con las fuerzas armadas inglesas, autèntica fuerza de ocupaciòn de nuestro territorio. El gobierno del Frente de Todos anuló, recientemente, esos acuerdos leoninos. Se suma a este acuerdo la venia o permiso para la operaciòn de vuelos a Islas Malvinas desde distintos aeropuertos (Punta Arenas, San Pablo) y el afianzamiento de las relaciones bilaterales comerciales.
Se inicia un proceso de transformaciòn doctrinaria de las FF.AA instalando previamente en la opiniòn pùblica la falta de recursos e infraestructura de las mismas como motivo suficiente para “reestructurarlas”, es decir para desmantelar aùn màs el aparato militar. Se propone la fusiòn de la aviaciòn naval, del ejèrcito y la fuerza aèrea, justamente para disolver a esta fuerza que demostrò ser de avanzada cuando contò con los recursos necesarios para su desempeño profesional.
Modificar las directivas estratègicas transformando a las FF.AA en una fuerza equivalente a una Guardia Civil derogando tàcitamente la Ley de Defensa y de Seguridad. Se adoptan todos los recaudos para aceptar la doctrina de eventos terroristas (EE.UU) similar a la doctrina de seguridad interior de los 70` .
Se eliminan y se reducen asignaciones presupuestarias estratègicas como el INVAP, CITEDEF, se liquida el àrea material Còrdoba, y se especula con el libramiento de un negocio inmobiliario de proporciones significativas (Remonta y Veterinaria, Campo General Abalos -MonteCaseros-, terrenos de la FAA en Mar Chiquita, Provincia de Buenos Aires todos ellos de enorme productividad, Campo de Mayo, etc).
Se busca desplazar a las FF.AA y focalizar a la Gendarmerìa en zonas urbanas conflictivas.
Se reduce el presupuesto de las campañas antàrticas poniendo el reclamo de soberanìa sobre la misma en una situaciòn muy comprometida por el reclamo similar de Gran Bretaña y naciones vecinas. Se adquiere material bèlico de dudosa operatividad (Beech TC6 Texan II y Super etendard) y a un precio desmesurado para la antigüedad de los mismos o para el uso de adiestramiento.
Se oculta, se dilata y se distrae a los familiares y a la sociedad sobre los accidentes ocurridos en Salta (Gendarmerìa Nacional) y el submarino A.R.A San Juan, a la vez que se desestiman las hipòtesis de un ataque exterior al mismo y se agradece a la marina de guerra britànica por ser junto a la de EE.UU los primeros en acudir a la escena del naufragio E informar sobre el evento.
Se desjerarquizan las presentaciones en las Naciones Unidas: se evita reclamar el tema Malvinas en la Asamblea General y se envìa una delegaciòn de menor cuantìa al Comitè de Descolonizaciòn.
Se discontinua la atenciòn de los veteranos de guerra de todo el paìs con la disminuciòn y eliminaciòn de prestaciones mèdico asistenciales en el PAMI.
El presidente de la Naciòn asiste obligado (y lo hace saber) y aburrido a los ùltimos desfiles militares. El vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach expresò que habrìa que entregar Tierra del Fuego y Malvinas para que el pueblo argentino no siga pagando por esos territorios. El mismo presidente Macri llegò a decir que no entendìa para que servìa la soberanìa si tenìamos màs territorio que los israelìes y que las Malvinas significaban un gasto innecesario (2007 discurso de asunciòn al gobierno de la CABA).}
Crecimiento del endeudamiento externo mediante garantìas suministradas por el Tesoro Nacional mediante la daciòn en pago de territorio.
Modificaciòn a la Ley de extranjerizaciòn de tierras y liberaciòn de la venta de campos.
Incumplimiento de la llamada Ley Gaucho Rivero y permisiòn al desembarco de buques de bandera inglesa en nuestros puertos. Inacciòn ante la intransigencia britànica la que solo es contestada mediante un comunicado de prensa generalmente sin firma.
Apoyo sistemàtico de los factores de poder oligàrquico a esta polìtica: los medios de comunicaciòn, el empresariado, sectores de la opiniòn pùblica y de la clase media, la banca, las redes sociales y la intelligentzia nacional en todas sus variantes: derecha, izquierda, progresistas, conservadores, cipayos y hasta algunos nacionalistas. Instalaciòn de bases extranjeras en nuestro territorio y traslado de tropas extranjeras sin autorizaciòn del Congreso.
Algunos de los objetivos de esta polìtica desmalvinizaciòn son los siguientes:
Impedir la recuperaciòn del poder nacional. Relativizar todo reclamo dirigido a sostener la soberanìa integral de la Naciòn.
Perseguir y ridiculizar al Movimiento Nacional y Revolucionario ofreciendo como alternativa un peronismo racional transformando esta herramienta estratègica del pueblo en una opciòn mas del sistema.
Liberar grandes extensiones de territorio (en particular la Patagonia y el acuìfero Guaranì) para la adquisiciòn de propiedad y explotaciòn extranjera.
Desnacionalizar la cultura nacional desmantelando todos los instrumentos creados bajo la Ley de Medios y los organismos que fortalecen nuestro patrimonio cultural.
Preparar a la Argentina para ser un estado asociado al orden internacional del capitalismo salvaje.
Queda pendiente el análisis de la política del actual gobierno sometido a una intensa presión de los poderes internacionales para liberar la navegación del Río de la Plata mediante una entelequia comercial denominada Hidrovía y cerrar el cerco geoestratégico en el conrol del Atlántico sur.
La presión de los poderes fácticos nacionales e internacionales y las contradicciones internas postergan nuevamene una respuesta nacional, popular, estratégica, racional, posible y segura que nos conduzca a la recuperación de los terriorios conculcados por el enemigo.
El Frente Nacional Malvinas se organiza para desmantelar esa política de sumisión al orden internacional no para destruirlo sino para superarlo y redireccionarlo, no buscamos la dialéctica de la confrontación ideológica, buscamos polemizar las ideas y proyectos para conformar un orden más justo y más libre y soberano para los pueblos.
Pretendemos malvinizar para que la Argentina recobre su mística de unidad, solidaridad y organización. Malvinizar significa recuperar la conciencia histórica, cultural, geográfica en definitiva la conciencia nacional.
Es necesario formar a las nuevas generaciones en la continuidad de la lucha por la Soberanía Nacional y canalizar las aspiraciones, ideas e intereses que traen al proyecto de construir una Nación libre. Hay un instrumento: el Frente Nacional Malvinas.
